jueves, 28 de febrero de 2008

Las abejas y la miel


Muchas veces a los veganos nos tildan de extremistas o locos, por tratar de defender y proteger hasta la mas pequeña vida animal.
La gente da la muestra de la cara mas fiel al especismo cuando solo muestra interés, (y en algunos caso ni eso) solo por su mascota favorita, por su perro o su gato, etc., mostrando una apatía horrible con cualquier otro animal de la naturaleza. Es asi como muestran su desconcierto cuando les decimos que no usamos LANA, SEDAS, COLORANTES, ni matamos HORMIGAS o que no consumimos la "fabulosa" MIEL. Y es de esta última de la que nos toca informar ahora.
Todos los animales merecen respeto, por que son seres sintientes, que estan en este mundo por sus propios medios y por sus propios intereses, no para ser "usados" por la humanidad.
Las abejas no son la exepción a la regla, sus pequeños tamaños no son motivo para excluirlas del respeto, ni motivo para no defenderlas tanto como a una vaca o a un gato de laboratorio.

Las abejas son manipuladas para obtener muchos productos destinados al uso humano; miel, cera, propóleo, polen, jalea real, y veneno. Son insectos inteligentes que han sido descritos como poseedores de unos complejos sistemas de comunicación.
Debido a que se ve volar libremente a las abejas, también se les suele considerar libres de las crueldades habituales de la industria ganadera. Sin embargo, las abejas son tratadas en su mayor parte exactamente igual que cualquier otro animal de granja. Son sometidas a exámenes rutinarios y manipulación, regímenes alimenticios artificiales, tratamiento con medicamentos y pesticidas, manipulación genética, inseminación artificial, transporte (por aire, tren y carretera) y sacrificio.
Reina por un año – quizá dos
En la producción de miel, habitualmente se insemina artificialmente a las abejas reina con esperma obtenido de machos decapitados. Las reinas son sistemáticamente sacrificadas cada dos años porque tras un período de tiempo su capacidad de producción de huevos decrece, de modo que la colmena entera se hace improductiva y no es rentable. En Israel las matan y renuevan cada año.

Abejas aplastadas
Cuando los apicultores manipulan los panales, muchas abejas mueren aplastadas. Frecuentemente, las colmenas se rocían con humo para calmar a las abejas y facilitar su manipulación. Se colocan exclusas o dispositivos especiales que violan el espacio de las abejas para recoger los productos mientras entran en la colmena. Se separa a las abejas de sus colmenas agitándolas vigorosamente o expulsándolas con potentes corrientes de aire. Pueden acabar con patas o alas cortadas.
Cortar las alas a las reinas evita enjambrar e irse volando. Enjambrar es su forma natural de reproducción crecimiento y supervivencia de la especie, al menos en estado salvaje. Sin embargo, los apicultores tratan constantemente de evitar este fenómeno natural usando feromonas artificiales y cortándoles las alas para mantener su colonia bajo control

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