El
termino proteína viene del griego “protos”
o primero, con lo que los antiguos ya reconocían el valor de la proteína
como componente de los alimentos, considerándola muy importante en la alimentación.
La
ingesta de proteínas es esencial para el ser humano, pues las mismas son las
encargadas de formar y reparar tejidos
(músculos, tendones, tejido conjuntivo, etc.), adicionalmente participan y
facilitan muchas funciones del organismo, el transporte de oxígeno, sostén del sistema inmunológico, aporte
alternativo de energía, entre otras.
El déficit de proteínas puede ocasionar anemia, edemas, debilidad del
sistema inmunológico, pérdida de masa muscular, problemas cardiovasculares,
retraso en el crecimiento.
Están formadas por aminoácidos, unidos entre sí por enlaces peptídicos. Algunos de estos aminoácidos son esenciales: lo que significa que no pueden ser
sintetizados por nuestro organismo y que deben introducirse a través de la
dieta ya que de faltar alguno de ellos, pueden presentarse distintos trastornos.
No existe ningún vegetal que tenga una composición proteica completa con
todos estos aminoácidos esenciales pero
basta con combinar en la misma comida cereales
y legumbres o legumbres y semillas para
tener la proteína completa. Es
algo tan sencillo como antiguo y sabio como mezclar garbanzos con arroz.
¿Cuánta proteína debemos ingerir
diariamente? Las opiniones son
variadas y no hay consenso entre los especialistas, pero generalmente se estima
que suele ser suficiente entre 0,8 y 1, 2gr de proteína por kilo de peso al
día.
Los
vegetarianos no deben preocuparse
por las consecuencias del déficit de proteínas si siguen una dieta equilibrada.
Las principales fuentes de proteínas
vegetales son: levadura de cerveza, soja, maní, pistachos, lentejas,
garbanzos, cereales (trigo, centeno, maíz, arroz etc), nueces, coliflor,
almendras, pimientos, patatas, semillas, coco entre otros.
Por
otro lado, todas las verduras y
hortalizas tienen, en mayor o menor grado, un porcentaje de proteínas de excelente calidad.
Las
proteínas vegetales presentan numerosas
ventajas frente a las proteínas de origen animal, entre las que podríamos
mencionar: no contienen grasas saturadas ni colesterol, contienen fibra, son
más fáciles de digerir y se eliminan mejor, en su digestión no hay putrefacción
como ocurre con la carne, sino fermentación, son menos acidificantes, nos
aportan vitaminas, minerales e hidratos de carbono de asimilación lenta, su
producción es más beneficiosa para nuestro Planeta y ningún animal tiene que
sufrir para que llegue a tu plato. ¡Buen provecho!
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