Cerca de 200 ballenas y varios delfines quedaron varados en una isla al sur de Australia, comenzando una carrera contrarreloj para salvar a los animales supervivientes, informaron este lunes fuentes oficiales.
Unas 50 de las 194 ballenas y siete delfines que vararon en King Island, entre Australia y Tasmania, están aún con vida, aseguró el portavoz del Servicio de Parques y Vida Salvaje de Tasmania, Chris Arthur.
La playa de Naracoopa amaneció con decenas de animales tumbados sobre la arena seca que dejó la marea baja, con las aletas alzadas.
Se trata principalmente de calderones, también conocidas como ballenas piloto, y se cree que la mayor parte se extravió en la noche del domingo entre Tasmania y tierra firme.
Las ballenas que quedaron con vida fueron devueltas al agua, gracias a la ayuda que brindaron decenas de voluntarios residentes en la zona, en un operativo que fue un éxito, según el periódico australiano The Mercury.
Arthur dijo que "todavía hay un importante número de animales en el mar, a poca distancia de la playa, arremolinándose", por lo que teme que más ballenas puedan morir.
Por su parte, el director general del organismo, Peter Mooney, declaró a la radio nacional australiana ABC, que las ballenas a menudo ponen en riesgo su propia supervivencia para permanecer con su manada.
"Poseen una increíble cohesión social; una ballena queda varada y las demás la siguen para estar con ella, no abandonan a otras ballenas que están en apuros, aunque eso signifique la muerte", precisó.
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